Sheinbaum, Monreal y Adán Augusto: ¿unidad o fractura en el oficialismo?
Divisiones en Morena exponen tensiones políticas internas mientras avanzan reformas que fortalecen el control oficialista sobre las instituciones.
Redacción
12/16/20242 min read


El enfrentamiento entre Adán Augusto López y Ricardo Monreal refleja profundas tensiones en Morena mientras buscan consolidar su control político. Este conflicto se originó en torno a la propuesta de reforma constitucional que busca limitar al Poder Judicial, una medida que ha generado divisiones internas en el partido. Monreal, coordinador de los diputados morenistas, ha sido acusado de manipular el reparto de comisiones en la Cámara de Diputados, lo que ha intensificado las críticas hacia su liderazgo. A esto se suman los señalamientos de imponer condiciones favorables para su grupo político en la selección de jueces, desatando una ola de inconformidades.
Por su parte, Adán Augusto López, un cercano aliado de Claudia Sheinbaum, ha sido señalado de orquestar estas tensiones para fortalecer su influencia en el Congreso. La mandataria también intervino indirectamente, instando a los legisladores a mantener la unidad y trabajar en el "territorio" para evitar la desintegración de Morena, en alusión al destino del extinto PRD, partido precursor del movimiento. La participación de Andy López Beltrán, hijo de AMLO, como mediador en las disputas internas, evidencia un intento de reforzar la cohesión partidista y minimizar los riesgos políticos de estas fracturas.
En este contexto, Morena ha avanzado en una reforma que prácticamente neutraliza al Poder Judicial, reduciendo su capacidad de contravenir cambios constitucionales. Esto ha generado críticas sobre la concentración de poder en el oficialismo y su creciente influencia sobre las instituciones del país. A pesar de los esfuerzos por minimizar las tensiones, las divisiones internas podrían representar un desafío significativo para el futuro del partido, especialmente en un escenario donde la oposición busca capitalizar estas fracturas.
Mientras tanto, las comparaciones con el estilo del expresidente López Obrador persisten, con menciones de una relación estrecha entre la presidencia de Sheinbaum y empresarios como Carlos Slim, lo que refuerza percepciones de continuidad en las estrategias de poder. La pregunta clave es si Morena podrá mantener su cohesión interna frente a estas luchas de poder o si estas diferencias serán un punto de inflexión en su liderazgo político.