¿Hasta dónde llega la complicidad?: La denuncia que hace “Alito” Moreno

7/25/20253 min read

Alejandro Moreno exige que Morena sea declarado “narcopartido” tras las acusaciones contra Hernán Bermúdez y denuncia pactos con el crimen organizado.

En medio de un escándalo que pone en entredicho la relación entre el poder político y el crimen organizado, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, alzó la voz para exigir que Morena sea declarado un “narcopartido”. Las declaraciones se dan tras revelarse una serie de acusaciones contra Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, por presuntos vínculos con la organización criminal conocida como “La Barredora”.

El caso Bermúdez ha sacudido a la clase política del sureste mexicano. De acuerdo con investigaciones periodísticas y documentos filtrados, el exfuncionario tabasqueño estaría relacionado con actividades delictivas, entre ellas protección y colaboración con el crimen organizado. Aunque hasta el momento no ha sido detenido ni imputado formalmente, las acusaciones son graves y han encendido las alarmas en la opinión pública.

Para Alejandro Moreno, también senador de la República, el caso es una prueba más de que Morena ha cruzado los límites éticos y legales. En una publicación realizada en sus redes sociales, “Alito” fue enfático:
“Morena debe ser declarado un narcopartido. Sus candidatos pactan con criminales, su dirigencia guarda silencio y su gobierno es cómplice o cobarde”, escribió. Además, advirtió que lo que está ocurriendo en Tabasco no es un hecho aislado, sino parte de un patrón de comportamiento que se repite en distintas regiones del país.

¿Quién es Hernán Bermúdez?

Hernán Bermúdez Requena ocupó el cargo de secretario de Seguridad Pública en Tabasco durante el gobierno del morenista Carlos Manuel Merino, y previamente bajo la administración del actual presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando fue gobernador del estado. Con una carrera pública de varios años, Bermúdez fue visto durante mucho tiempo como un funcionario de confianza, encargado de la seguridad en una entidad clave para el proyecto político de Morena.

Sin embargo, según informes revelados en medios como Infobae y GuillermoOrtega.com, el exfuncionario estaría ligado a grupos delictivos a los que presuntamente brindó protección institucional. “La Barredora”, con presencia en el sureste mexicano, ha sido señalada por su participación en actividades de narcotráfico, secuestro y extorsión. La posible colusión entre Bermúdez y esta organización criminal representa una grave amenaza al Estado de derecho y a la seguridad pública.

Un silencio que incomoda

A pesar de la gravedad del asunto, hasta el momento la dirigencia de Morena ha evitado pronunciarse sobre el caso, lo que ha intensificado las críticas de la oposición. Alejandro Moreno advirtió que el silencio del partido en el poder solo puede entenderse de dos formas: o se trata de una cobardía institucional para encarar el problema, o de una complicidad directa con actores criminales.
“Negar sus vínculos con el crimen organizado es ingenuidad o parte del pacto”, subrayó el líder priista.

El dirigente del PRI también señaló que esta situación no puede tratarse como un caso aislado. Para él, los vínculos entre candidatos de Morena y el crimen organizado se han evidenciado en distintos estados del país, y la pasividad con la que se actúa desde el gobierno federal solo refuerza la percepción de que el Estado ha claudicado ante los grupos criminales.

El riesgo para la democracia

La denuncia de Moreno no solo se centra en el caso Bermúdez, sino en un llamado de atención sobre los peligros que enfrenta la democracia mexicana si persiste la infiltración del narcotráfico en las estructuras gubernamentales. En sus palabras, la penetración del crimen en las instituciones no solo compromete la seguridad pública, sino también la legitimidad de los procesos electorales y la capacidad del Estado para impartir justicia.

Además, el dirigente priista advirtió que la estrategia de seguridad de Morena ha fracasado. El “abrazos, no balazos” que alguna vez fue eslogan presidencial, hoy se percibe como un mensaje de rendición frente a las organizaciones criminales que han logrado capturar territorios enteros y corromper estructuras de gobierno.

La exigencia es clara: rendición de cuentas

Alejandro Moreno pidió que se investigue a fondo el caso de Hernán Bermúdez, pero también que se revise la actuación de otros funcionarios vinculados a Morena que pudieran estar implicados en actividades delictivas. “No podemos permitir que el crimen organizado tenga asiento en las instituciones ni en las boletas electorales”, sentenció.

El mensaje final del priista va dirigido a la ciudadanía: no normalizar la presencia del crimen en el poder. Para él, el futuro democrático del país depende de recuperar el Estado de derecho y frenar de inmediato cualquier forma de colusión entre el gobierno y el narcotráfico.

Así, el caso Bermúdez no solo representa un escándalo local, sino un nuevo punto de quiebre en la lucha por la legalidad, la transparencia y la seguridad en México.