¡Escándalo y doble moral! El peligroso absurdo de la prohibición de vapeadores que criminaliza a jóvenes y busca exprimir recursos de donde sea
La Estrategia Oficalista Colapsa al Arrojar a Consumidores al Mercado Negro
11/26/20252 min read


La regulación que prohíbe la comercialización de vapeadores y cigarros electrónicos en México ha desatado una ola de indignación nacional, siendo calificada como una ley absurda que ignora la realidad técnica y social. Esta política, impulsada por las esferas del oficialismo, ha logrado un efecto contrario al prometido: en lugar de proteger la salud, ha provocado que el consumo de estos productos caiga directamente en la ilegalidad. La denuncia es contundente: el gobierno, bajo el pretexto sanitario, está creando un gigantesco mercado negro que solo beneficia a la corrupción y a la delincuencia organizada.
El corazón de la controversia radica en que esta prohibición es vista como un instrumento que podría criminalizar a jóvenes y consumidores. Al no existir una venta legal y regulada, el consumo pasa a una zona gris donde los usuarios son vulnerables a multas, decomisos y, peor aún, a caer en manos de la extorsión. Expertos y la ciudadanía señalan que esta medida es un abandono a la salud pública, pues en lugar de regular y ofrecer productos con controles de calidad, se fomenta el uso de líquidos y dispositivos sin monitoreo, magnificando el riesgo para la población.
La sospecha sobre la verdadera motivación detrás de esta prohibición es un secreto a voces: la estrategia no es sanitaria, sino una vía para "sacar recurso de donde sea". Al criminalizar la cadena de distribución, se abre la puerta a que las autoridades locales y federales impongan multas y sanciones a vendedores y hasta a consumidores, creando una fuente de recursos extraordinarios a través de la persecución y el soborno. La ilegalidad se convierte en un mecanismo de extorsión institucionalizada que golpea directamente a la economía de los jóvenes y de las familias.
Finalmente, la indignación escala a nivel de escándalo ante la hipocresía política. La ciudadanía teme que los mismos impulsores de esta prohibición, que ha desatado la persecución y el mercado negro, utilicen el tema para un "performance" político mientras ignoran el problema de fondo. Esta percepción de doble moral se acentúa de forma explosiva al recordar que el hijo del expresidente López Obrador fue captado en redes sociales usando un vapeador, lo que expone la desconexión total entre el discurso de la austeridad y la moralidad y la realidad que viven sus propios círculos. La Ley de Vapeadores se consolida así como un símbolo del autoritarismo disfrazado de preocupación social.
