El miedo cambió de bando

Alejandro Moreno advierte que, pese a la persecución política de Morena, seguirá denunciando la complicidad del gobierno con el crimen organizado y defendiendo a México sin miedo.

8/6/20252 min read

Alejandro "Alito" Moreno, presidente nacional del PRI, lanzó un mensaje contundente frente a la persecución política impulsada desde el gobierno de Morena: no me van a callar. “Me denunciaron por todo, y todo se los gané. No lo digo yo, lo dijo un Tribunal Colegiado”, recordó, subrayando que la justicia le ha dado la razón ante las acusaciones infundadas con las que el oficialismo ha intentado desacreditarlo.

El líder priista denunció que la estrategia del gobierno es clara: perseguir a quien se atreve a levantar la voz. Fabrican delitos, manipulan instituciones y utilizan el poder del Estado para amedrentar a la oposición. Sin embargo, Moreno dejó claro que no piensa retroceder. “Morena sigue fabricando mentiras y delitos, pero nosotros los vamos a seguir combatiendo de frente, sin miedo. Y les vamos a volver a ganar”, sentenció.

En su mensaje, también fue enfático en señalar que quienes realmente han traicionado al país no son los que denuncian, sino los que se han aliado con el crimen organizado. “Quienes tienen compromiso con el crimen organizado son los que han entregado la patria. Son los que entregaron la paz y la tranquilidad del pueblo de México”, expresó. Según Moreno, no se trata solo de una lucha partidista, sino de una batalla por el futuro del país, por la seguridad y por el Estado de Derecho.

En medio de un México golpeado por la violencia, la impunidad y la corrupción, la voz de Alejandro Moreno se alza para recordar que el verdadero enemigo no es quien denuncia, sino quien traiciona desde el poder. La persecución política no podrá ocultar la verdad: mientras Morena siga protegiendo intereses oscuros, habrá quienes —como él— seguirán luchando por un país con justicia, paz y dignidad. Porque la valentía no se persigue, se contagia.

Desde Zacatecas hasta Guerrero, pasando por Michoacán, Sonora, Tamaulipas y Chiapas, los estragos del crimen organizado se sienten a diario: asesinatos, desapariciones, desplazamientos forzados y regiones enteras controladas por el narco. Estos no son casos aislados, son síntomas de un Estado que ha cedido el control y ha permitido que los cárteles se instalen como verdaderas autoridades paralelas. Alejandro Moreno ha señalado que esta crisis no es fortuita, sino resultado de un gobierno que pacta con el crimen en lugar de enfrentarlo. Mientras tanto, millones de mexicanos viven atrapados entre la indiferencia del poder y el terror impuesto por los grupos criminales.