Cuando la promesa se convierte en pantalla

Alejandro Moreno advierte que Morena ha traicionado la esperanza, subvirtiendo la democracia mexicana en un acto de simulación política, y llama a una ciudadanía informada, activa y resistente.

8/10/20252 min read

En su más reciente colaboración en El Universal, el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, lanzó una advertencia contundente: “la democracia mexicana está en jaque”. Según su análisis, el gobierno de Morena no gobierna para el pueblo, sino para garantizar su permanencia en el poder, utilizando la estructura del Estado como una herramienta para el control político. Para Moreno, lo que alguna vez se presentó como una “Cuarta Transformación” se ha convertido en una simulación, donde la esperanza ciudadana fue utilizada como eslogan y la justicia social se transformó en un mecanismo de cooptación.

El líder priista acusó que la actual administración ha desmantelado, pieza por pieza, los contrapesos institucionales que sostienen la vida democrática del país. El uso de mayorías legislativas para aprobar reformas a modo, la marginación de la oposición en la toma de decisiones y el sometimiento de organismos autónomos forman parte de una estrategia para reducir el pluralismo político. Ejemplificó con casos como el debilitamiento del INAI, que lleva meses sin poder operar plenamente por la negativa de Morena a nombrar a sus comisionados, y la amenaza persistente de desaparecer al INE para reemplazarlo por una autoridad electoral dócil.

Moreno también señaló que el Poder Legislativo se ha degradado hasta convertirse en “una oficina de trámites” del Ejecutivo, aprobando sin debate y sin transparencia las reformas enviadas desde Palacio Nacional. En paralelo, el Poder Judicial enfrenta un proceso de colonización política mediante el nombramiento de jueces y magistrados afines al partido en el poder. Esta concentración de facultades, advirtió, erosiona los cimientos de la democracia y pone en riesgo las libertades que tanto costó conquistar.

Para el priista, este panorama no es un accidente, sino el resultado de un proyecto autoritario cuidadosamente diseñado. Un proyecto que combina propaganda oficialista con el desmantelamiento de espacios críticos, la persecución política a opositores y el uso de programas sociales como herramientas de presión electoral. El objetivo —aseguró— no es mejorar la calidad de vida de los mexicanos, sino perpetuar un régimen que no tolera el disenso ni la fiscalización ciudadana.

Frente a esta deriva, Moreno hizo un llamado a la acción. Pidió una ciudadanía informada, crítica y organizada, capaz de resistir los encantos del discurso oficial y de defender la democracia como un bien común irrenunciable. “La defensa de la democracia no es un capricho, es una necesidad histórica”, sentenció. Y remató con una advertencia que funciona como epílogo y desafío: “Sin democracia, no hay futuro”.